Larga charla con el coach argentino luego de los Juegos Olímpicos. Dejó muchos títulos y habló sobre su futuro como entrenador de la selección.
Hacerle una entrevista que no sea súper sabrosa a Sergio Hernández implica tirar (si lo hubiera), el carnet de periodista a la basura. Hay que ser muy malo en nuestra profesión si una charla con Oveja sale mala. No hay forma. Estuvimos hora y media hablando con él este viernes por la nochecita, en su cuarentena porteña y, como siempre, no puso excusas. Fue muy duro con la autocrítica por lo realizado en los Juegos, habló de su futuro y de lo que se viene para Argentina. A parar la oreja.
– A 10 días de Tokio, no sé por qué pero, además de frustrado, te imagino enojado o con bronca, algo así.
. Yo estoy un poco enojado conmigo, porque tomé de base algo que armamos en los Panamericanos y el Mundial 2019 y quise hacer un upgrade en el juego desde ahí. No estaba mal la idea darle una subida de nivel a nuestro juego, porque a priori las posibilidades estaban, aunque aun así nos pudieran ganar los demás, algo que siempre me encargué de aclarar, porque yo tengo que contar la realidad. Me encargué de decir “cuidado, no somos el segundo mejor equipo del mundo; fuimos el segundo mejor equipo en el Mundial de China”. No coincide con la realidad del básquet argentino en el mapa mundial. Lo que quería era darle una subida de nivel al juego, viendo que había jugadores que habían dado un salto de calidad en su carrera y que tenían dos años más de madurez. Cuando fuimos al Mundial, Deck casi no tenía experiencia en Europa, y ahora llegaba siendo dominante en la Euroliga y habiendo pasado a la NBA. Campazzo dominando Europa y jugando en la NBA. Y Delía en uno de sus mejores años en Europa. Lapro no había jugado Euroliga y ahora venía siendo base titular del Madrid. A Brussino lo tuve en Zaragoza y para mí estaba muy por encima del nivel de China, aunque después no lo pudo corroborar. Luca Vildoza siendo MVP de la acb post China, siendo uno de los bases más respetado de la Euroliga y fichado por los Knicks. Luis manteniéndose en juego. Garino, que teníamos nuestras dudas pero llegó sano e hizo una buena preparación en Las Vegas. La aparición de Bolmaro, que venía de ser muy importante en el mejor equipo de Europa para mí del año pasado como Barcelona. La llegada de Francisco Cáffaro, de 2.14, en un puesto donde tenemos debilidades. Vaulet que le gana la pulseada a Fjellerup porque en la preparación estuvo mejor y tuvo un gran año en Manresa. Todo parecía estar en la situación perfecta, pero después las cosas no fueron así. Y yo no las leí. Cuando veo cómo llega Garino a la preparación, no era el que yo esperaba. Estaba bien, pero necesitaba tiempo. No podía tener contacto. Si bien lo apuramos un poco y él puso lo que siempre pone, llegó con mucho tiempo sin jugar. Luca llegó con mucho tiempo sin jugar. Gaby Deck llega tarde a Las Vegas por el Covid y, aunque nosotros no queríamos blanquearlo, jugó casi sin fuerzas. Sufrió mucho. Scola con dos años más que China, Facu con una recarga de partidos…y además con una mirada externa sobre nosotros que era diferente, y que hacía más precavidos a los rivales, y nos hizo más livianos a nosotros. Después de semejante perfomance en el 2019, más las cosas que se fueron dando (jugadores dominantes en Europa, pases a la NBA, etc), parecía que teníamos las respuestas a todo. Nos olvidamos cuáles fueron las coaas que nos hicieron lograr lo que logramos. Incluso yo. Y nos agarramos mucho del talento. Con que los presionemos mucho a los rivales, corramos y nos pasemos la pelota, listo. No alcanzaba con eso. Quisimos subir la cantidad de posesiones del Mundial, lo que fue un error gigantesco. Nos terminamos cortando con nuestro propio filo. Yo lo tendría que haber visto. No te digo jugar otro básquet, pero sí adaptarnos un poco más a la realidad, a lo que estaba sucediendo, a nuestras limitaciones. Sobre todo en este torneo específico. Exageramos con la estructura de la doble base, porque teníamos 4 de primer nivel, y a nivel FIBA puede funcionar esporádicamente. Y después éramos presos de eso, porque ya no estaba Garino y Deck era mejor que jugara de 4 para no tener tanto desgaste. Nos confundimos mucho.
– Como si se te rompe un caño en tu casa, y querés taparlo y empieza a salir agua de otro y no tenés forma de cubrir todo.
. Claro, pero todo empezó mucho antes, en Las Vegas. Terminaban los entrenamientos y yo intentaba ser positivo, pero no me gustaba lo que estaba viendo. No le encontrábamos la vuelta a acomodar el equipo. Nos pasábamos de revoluciones todo el tiempo.
-¿Pero qué era tan distinto a las preparaciones de otros años en las que se jugaba muy mal los amistosos y después se hacía bien en los torneos? Incluso en el 2004 se jugó mal toda la fase de grupos y después se salió campeón.
. Sí, me acuerdo, pero ese equipo era superior a este. Tenía más jerarquía individual y los puestos más cubiertos. Cuando hablo de mala preparación no hablo de los partidos. Todo esto que te digo no tiene que ver con los resultados. Te lo digo de manera cruda. Por más que hubiésemos hecho la preparación ideal, todos hubiesen llegado bien y Garino no se hubiera lesionado, creo que estamos por debajo de Eslovenia, España y Australia, que fueron los partidos que perdimos. Nos iban a ganar igual, creo. No me parece que el problema sean los resultados. Hablo en general, de los entrenamientos. El compromiso fue igual que siempre, ojo. En eso este equipo es increíble. Pero la calidad de los entrenamientos no era buena. El detalle de agarrarnos más a la táctica y a la estrategia, algo en lo que habíamos sido obsesivos en el Mundial. Fuimos muy respetuosos del master plan y de las herramientas para llevarlo a cabo. Teníamos esa necesidad de tener todo súper claro porque creíamos que si no no nos iba a alcanzar. Acá creímos como que esas cosas ya estaban. Que ya estaba incorporado. Ahora lo perdimos. Jugamos desordenados, apurados, más basados en la actitud que en la ciencia del juego. Se juntaron entonces las dos cosas: superioridad de los rivales y esto. Más allá de los rivales, no jugamos bien, en ningún momento. Ni siquiera con Japón. No estuvimos a la altura. Se los dije a los jugadores, no tengo problemas, porque habla más de mí que de ellos.
– Hablé esto con Lapro y Facu. Vos estás desde el 2006, y hemos visto muchas preparaciones con amistosos horribles donde después se acomodaban.
. Sí, pero acá el problema no eran los partidos. Yo siempre viví preparaciones muy buenas, con amistosos malos en algunos casos.
-¿Más tiempo te hubiera solucionado algo?
. Creo que sí nos faltó una parte de la preparación, viéndolo hoy con el diario del lunes, porque yo pensaba que no. Mi preparación estaba como para el 2020, y tenía como base lo del 2019, pero habían pasado dos años ya. El ajuste que había que hacer era mayor. En el 2020 era más lógico aprovechar el envión del Mundial. Estaba todo más fresco. La parte del Dow Center antes del Mundial fue clave para China. Ahora tuvimos menos entrenamientos, algunos relativamente falsos, porque Garino no podía tener contacto y Deck no estaba. Cuando se incorporó Deck ya llegaron los amistosos. Hoy diría que nos faltó una semana entera en Argentina para poder hacer la base de la preparación más sólida y tener el equipo completo. Nosotros somos un equipo que sin mucho detalle y preparación no podemos estar a la altura de un Juego Olímpico. No lo leímos. Tendríamos que haber bajado un cambio. Pasar de 80 posesiones a 77, y no de 80 a 90. Quisimos jugar un básquet para el que no estábamos preparados. Le dimos a Eslovenia 97 posesiones. En eso sí fallamos porque se las dimos nosotros. Más allá de agarrar a Doncic descansado. Tenemos que hacer una autocrítica. Nadie estaba muy conforme con lo que hicimos en la preparación.
-¿Lo llegaste a hablar?
. Sí, pero teníamos que tener cuidado. Porque tenés que tener una sonrisa todo el tiempo, como en una carrera de 100 metros. Tenés que pensar que el próximo partido vas a jugar bien. Si todo el tiempo decís estamos mal, somos un desastre, es peor. Pero hablábamos de las cosas que teníamos que mejorar. Terminamos jugando un básquet fuera de control. De los 160 minutos jugado, habremos jugado con control de lo que pasaba un 20%. No podíamos hacer pie. No entraba el balón…tirando 5/31 en triples. No existe eso en nosotros. Lo importante es reconocerlo y hacernos cargo. Y no tiene nada que ver con actitud y compromiso.
– Quizá pasa más por lo de creer que lo de China fue algo pasajero y nos entraron miedos a futuro, sobre todo juntándose el resultado con Luis que se va.
. Ahí tenemos que tener una mirada más profunda. Si pensamos que la selección es el reflejo de nuestro básquet, estamos equivocados. Esta camada puede hacer otro torneo como el de China sin dudas. Pensá que Italia jugó la final del 2004 y volvió ahora recién. Rusia fue campeón europeo en el 2007 y en Beijing no ganó un partido. Esas cosas pasan. Y eso no quita que sean lo que son. Pocos equipos han tenido la regularidad de Argentina, España, Estados Unidos y Australia. Lo del 2019 no fue una casualidad pero tampoco el reflejo del básquet argentino. La selección es el último eslabón de una cadena. Lo que nos tiene que importar es el básquet argentino en particular. Al final somos 7 en el mundo. Vos pensá que la jugada fantástica de FIBA de darle tanta importancia al Mundial hace que durante 3 o 4 años todo es clasificatorio para llegar a los Juegos Olímpicos, que es el último paso. Y nosotros volvimos a estar ahí. Y terminamos séptimos. Lo feo es que no jugamos bien, pero 3 partidos malos no nos pueden hacer dudar de este equipo.
– Recién decías que la selección no era reflejo de nuestro básquet y creo que eso pasa con casi todos los deportes de conjunto en este país. El fútbol, el vóley, las Leones, etc, no son el reflejo de cada deporte en la Argentina.
. No, pero puede reflejar algo, que el deporte se hace en clubes, algo que no pasa ya en casi ningún lugar del mundo. Esto me lo dijo Julio Velazco. Me dijo a qué se juega en los clubes. A la pelota. Y nosotros en qué funcionamos, en todo lo que se haga con pelota. Pero es verdad que no refleja. Yo estoy en pareja con una Leona y acá se juega un torneo metropolitano donde las chicas pagan la cuota del club para jugar. Y después sacan medalla de plata. El vóley el básquet la diferencia es tener muchos jugadores en los mejores equipos del mundo. Pero evidentemente en los deportes de conjunto tenemos algo. Una mentalidad competitiva tremenda. Somos detallistas, tácticos, porque nos gusta ganar, y no podemos ganar de otra manera.
Después de la locomotora Eslovenia que nos pasa por arriba en el primer partido hubo un primer cuarto muy bueno contra España. ¿Llegaste a pensar que podía darse recuperación?
. España es nuestra cryptonita. Por más que hubiésemos querido cambiar, ya no podíamos cambiar nada. Eslovenia es un equipo fantástico, que se cansó, porque perdió en la última en la semi y podían ser oro. Juegan bárbaro y tienen al mejor jugador del mundo, no tengo dudas, que es Luka Doncic. Nosotros llegamos con estas sensaciones que no queríamos expresar mucho. A España lo hicimos enojar un rato, pero después nos ganaron bien. No nos pasaron por arriba, se compitió, tuvimos algunos chispazos de lo que queríamos ser. Japón fue una prueba de fuego porque teníamos que ganar sí o sí, porque perder hubiese sido un fracaso en resultados también, más allá de no haber logrado el rendimiento que esperábamos. No me gustó cómo jugamos pero lo dominamos bien. Lo de Australia fue lo que más me dolió porque quedar eliminados perdiendo casi por 40 es muy difícil de sobrellevar.
– Si te dijera que puedo llevar el tiempo dos meses atrás y van a estar todos disponibles y sanos, ¿cambiarías algo de la idea?
. No, de la idea grande no. Creo que Argentina tiene que ir a ganar, no a no perder. Ahí no tenemos chances. Si volviera dos meses atrás con todos sanos, lo que cambiaría sería una semana más de prácticas para no tomar tanto como base la etapa del Mundial. Abusamos de ese bagaje ya preinstalado que creíamos tener. Y no hicimos el ajuste. A Las Vegas tendríamos que haber llegado más a la parte táctica. La idea creo que sigue siendo buena y la ejecución no fue buena. Argentina tiene que basar su juego en la dinámica, en ser vertical, en subir el bloque defensivo, y en tratar de anotar rápido.
– Me extraña que Scola haya caído en esa especie de trampa en la que creyeron que tenía una base instalada.
. Bueno, caí yo también, y tengo más experiencia que ellos. Que podía correr más, presionar más, cuando en realidad hay que jugar más. Creímos que no teníamos que ser tan detallistas, porque pensábamos que lo íbamos a hacer sin entrenarlo mucho. Vulgarmente se diría que nos agrandamos. No estoy echándome culpas. Hago autocrítica. A veces pasan estas cosas. Estamos muy tranquilos con nuestra conciencia. No jugamos bien. ¿Si jugábamos bien hubiésemos sido medalla? Probablemente no. Probablemente hubiésemos perdido igual los 3 partidos. Pero jugando bien. Igualmente, si ponemos solo como excusa que Garino se lesionó, que Deck tuvo Covid y las demás cosas que ya hablamos, ¿tu mirada para adentro cuál es? Mucho tuvo que ver el rival, pero mucho, muchísimo, tuvimos que ver nosotros también.
– Seguramente vos tenías la cabeza en los Juegos, pero ¿sos consciente que terminó con Pau y Luis una era de 20 años en donde ellos fueron los referentes que pusieron a dos países sin tradición de éxitos, en la cima mundial durante dos décadas?
. Yo se lo decía a mis asistentes todos los días eso. Más allá de estar mal por cómo estábamos jugando, quería que nada nos quite disfrutar que estábamos en un momento histórico. Estábamos en el torneo que se retiraron Luis Scola y Pau Gasol. Y también viendo a Luka Doncic, el mejor jugador del mundo. Y nos tocaron todos en el mismo grupo. Lo que pasó con Argentina fue increíble. Ahora tenemos que ver qué se hizo para llegar a estar tantos años ahí. De crear una identidad, de respetarla. Ahora hay que trabajar mucho en nuestra Liga Nacional, que es donde empezó todo. No podemos esperar solamente que nuestros jugadores se vayan a Europa. Tenemos que lograr que vuelva a ser una competencia tremenda, como fue históricamente. No tenemos que esperar que vayamos al Mundial 2023 para ver si estos chicos hacen otra vez algo. Hay que trabajar ahora formando jugadores, para que luego vayan a las mejores ligas y eso vuelva a la selección. Es el proceso. Tenemos que estar preparados igual. Es probable que en los próximos Juegos no estemos. Quizá para el 2024 haya varios jugadores nuevos, de veintipico de años. Y a lo mejor no llegan a clasificarse. Por eso todo lo que se logra hay que disfrutarlo porque es muy difícil. Lo que hizo Argentina en los últimos 20 años es casi imposible. Y no digo imposible porque sucedió.
-¿Qué opinión tenés del formato de los Juegos que hizo perder el 30% de presencia del básquet en el torneo?
. Creo que los Juegos tendrán que reflexionar. El básquet es un deporte muy importante desde Barcelona 1992, con los Dream Team. Merecería tener 14 o 16 equipos. Y el formato es cruel y con escaso margen. Ganó el mejor, pero a formatos más cortos, menos probabilidades de que gane el mejor.
– La parte ríspida de la nota. ¿Qué vas a hacer? El otro día hablé con Borro y me dijo que quería que siguieras. ¿Qué reflexión te merece?
. (piensa varios segundos) No, yo no estoy para seguir en la selección. Mi cabeza está afuera. Pero viste cómo es esto. No hablé nada sobre esto en el final, porque lo de Scola opacaba todo, y está bien que así fuera. Yo estoy convencido que terminó mi etapa y que tiene que empezar otra. No tengo mucho más para decir. Además, no puedo decir que no sigo cuando nadie me ofreció seguir. Yo terminé mi contrato.
– Bueno, por eso te decía lo que me comentó Borro.
. Sí, pero eso es algo que te dijo a vos. A mí nadie me dijo nada, y es raro. Una semana después que terminaron los Juegos, es raro. Pero lo que digo es que no puedo decir que no sigo cuando nadie me ofreció nada. Tendría que hablar en potencial. Si me ofrecieran la selección… Yo no tengo nada que esconder. Terminé mi relación en Tokio con la selección. Veremos si me ofrecen o no, pero para mí es una etapa terminada. Todo proceso tiene su final. Como hombre del básquet me gustaría que apareciera alguien nuevo en la selección. De verdad. No es fácil. Yo no quisiera estar en la piel de Borro ahora. Pero él está en un lugar de gestión para hacer cosas difíciles. Yo estoy en un lugar para tomar decisiones difíciles. Fabián está en un sitio donde una de las decisiones que debe tomar es quién dirigirá a la selección, pero fácil no ha a ser. Además es armar todo un staff. Yo tuve uno brillante. Ojalá se sigan apoyando en ellos. Son súper preparados. Ojalá alguno incluso pueda ser entrenador principal, pero me parece que tiene que empezar una nueva era.
-¿Debería ser part time?
. Creo que el entrenador de la selección debería ser part time, aunque después el elegido tome o no esa opción. Porque el que venga todos vamos a querer que se quede 6 u 8 años. Y no se puede estar ese tiempo solo con la selección. Tampoco puede estarlo siempre dirigiendo selección y club, porque se volvería loco. Pero que cada tanto pueda hacerlo. No tendría que ser una condición.
– Tenés un teléfono moderno. ¿En qué día de tus alarmas pusiste una que diga Empezar a pensar el futuro?
. Mirá, ahora estoy en cuarentena. Mañana (hoy) me hisopan y si salgo negativo puedo empezar a salir a la calle. La semana que viene me voy a ver a mi familia a Bahía Blanca, hago una gira por la zona, me vuelvo a Buenos Aires y empiezo a delinear qué va a ser de mi vida. Yo voy a seguir siendo entrenador de básquet, así que tengo la valija siempre medio cerrada y medio abierta. Pero no depende solo de mí. Se necesita algún loco que quiera contratarme.
Fuente: Basquet Plus