Mitre quiere repetir su gran 2019 pero esta vez coronarlo con un título provincial, así lo aseguró su capitán, Jaime Schtainer, quien charló con Misiones Básket. “Siento un gran orgullo por todo lo que se está logrando. Deseamos salir campeones provinciales”, resaltó el interno del elenco posadeño.
El último título provincial fue en 2008. Hace 12 años las ganas de volver a dar la vuelta están latentes. Si bien el notable 2019 (título del Apertura y final del Clausura de la APBB, más final de la FMBB) sirvió para calmar las ansias, también acrecentó el deseo de dejar atrás años de sequía y así empezar a encarrilar el rumbo hacia donde tiene que ir un equipo grande. La referencia es para Bartolomé Mitre, uno de los clubes históricos de Misiones que parece haber encontrado la poción mágica que necesitaba para volver a ser uno de los protagonistas de lujo en cada certamen.
“Personalmente siento un gran orgullo por todo los que se está logrando, la gente volvió a las tribunas del club. La final con Tirica fue un espectáculo histórico, hace muchos años no se llenaba la cancha así, ni un equipo del club recibía tanto aliento y apoyo de la gente. Lo lindo es que estamos en un muy buen momento y lo espectacular es que podemos seguir mejorando, eso me entusiasma. Hay mucho por dar aún, crecimiento y madurez como jugadores, como personas y como equipo. Así que definitivamente queremos la revancha. Se dará cómo y con quien se tenga que dar. ¡Deseamos ser campeones del torneo provincial!”, destacó el capitán del equipo de primera división, Jaime Schtainer, quien se prestó a una jugosa charla con Misiones Básket en tiempos de cuarentena, pero también en tiempos donde la ansiedad toma un protagonismo realmente intenso en cada deportista.
Aún sin conocerlo, su energía, compromiso, sacrificio, buena predisposición y voluntad se pueden palpar en apenas minutos. Su compañerismo, es una virtud que coinciden y resaltan la mayoría de los jugadores con los que comparte equipo. “Lo genial que tiene este elenco es que todos nos llevamos muy bien desde el más chico al más grande. Hay mucha gente que no está en la cancha, pero entrena, o nos van a ver y siempre están. Compartimos muchas cosas juntos y eso hace que el grupo sea unido y también se refleje en la cancha. Estamos en la misma sintonía. ¡Queremos más!”, resaltó el pivot de 38 años.
Y agregó: “Venimos motivados por la gran campaña del año pasado que nos llevó a tres finales y de creer que se puede, ya que esto lo venimos haciendo a puro pulmón hace unos años cuando absolutamente nadie creía en este proyecto”.
“CUANDO VOLVAMOS NECESITAREMOS UN PERIODO DE ADAPTACIÓN”
Nacido en Santo Tomé, Corrientes, Schtainer se siente misionero, ya que llegó a la tierra colorada a las 2 años de vida. Desde los 16 que su vida se cruzó con la del club Mitre, donde practicó hasta los 20 cuando tuvo que partir rumbo a Resistencia para cursar la carrera de Arquitectura. Post título profesional volvió a su tierra por adopción y se calzó nuevamente la camiseta “auriazul”.
Hoy, en pleno aislamiento por el Coronavirus, el jugador analizó el contexto sanitario. “Gracias a Dios me encuentro muy bien porque estamos en familia. En lo laboral como me dedico a la arquitectura me encuentro trabajando de manera remota haciendo diseños y proyectos, y en la casa con actividades que tenía postergadas. La reflexión viene en base a una introspección profunda. Este momento que estamos atravesando me dio un tiempo que me hacía falta para detenerme y observarme, hace tiempo no lo hacía. Ver mas que nada donde estoy parado, donde estoy destinando mis energías y si realmente vale la pena. Pude ver que hay mucho en que derivo que no lo vale. Entonces básicamente la reflexión viene a un enfoque de verdaderos valores”, señaló.
También contó cómo afrontan estos tiempos sus compañeros: “La mayoría se está entrenando bien, son atletas y necesitan de la actividad física. Mandan vídeos a los grupos de los circuitos que se arman en sus casas. De igual manera me parece que cuando volvamos a las canchas necesitaremos un período de adaptación”.
Cabe resaltar que Jaime no pudo iniciar la temporada con la final del Clausura 2019 ante su clásico rival, Tokio, debido a una operación. “Me operé del tabique nasal (que lo tenía torcido) y cornetes que hacía que cada vez respire con mayor dificultad. Una intervención rápida pero que lleva mucho tiempo de recuperación y eso incluye bastante cuidado y nada de esfuerzo físico. Hoy me encuentro muy bien aunque todavía con algunos dolores, me encantaría poder comenzar los entrenamientos, aunque todavía debo cuidarme”, reconoció.
El primer juego de la final “clásica” quedó en poder de su rival en el templo “japonés”, mientras que el segundo punto de la serie, al mejor de tres encuentros, aún no se pudo desarrollar debido al parate. “Por supuesto espero llegar para la segunda final. Al primer juego lo viví en el banco, allí se da todo de manera diferente. La tribuna, los equipos, los compañeros, los cambios, los minutos, etc. Los ví bien a todos, se prepararon mucho en pretemporada, se hizo mucho físico y llegamos perfecto como equipo. En el partido nos jugó una mala pasada la ansiedad, eso nos llevó a salirnos del objetivo. Son baches y hay que aprender a superarlos sobre la marcha, partido a partido nos dan experiencia, debemos tomarlo como positivo, de ello se aprende”, remarcó.
EQUIPO NUTRIDO POR SU CANTERA
Por su parte, como referente del plantel, también habló sobre los nombres que pegaron la vuelta a la institución de la calle Jujuy. “Los refuerzos son jugadores del club que en algún momento, por diferentes motivos, se fueron y en este tiempo vieron lo que estamos haciendo y las ganas que tenemos. Les gustó y volvieron para sumarse a este proyecto, en nuestro equipo la mayoría son de las inferiores de Mitre y no tenemos jugadores pagos”.
Y añadió: “La idea es seguir mejorando como equipo, puliendo lo necesario para estar en lo más alto. Los objetivos son principalmente seguir afianzando el grupo, darle más dinamismo al club y volver a las finales de ambos torneos”.
Para el finalizar el número “5”, de gran 2019 en lo deportivo, narró la odisea de conseguir dinero para afrontar ambas competencias. “Durante el año hacemos ,según el calendario distintas actividades, por ejemplo: Rifas, arroz con pollo, locro, empanadas fritas, etc. Por suerte contamos con padres y amigos que nos ayudan siempre desde lo económico para pagar la mesa de control, árbitros , policías y también por ejemplo fritar las empanadas, hacer los rellenos, repartir el locro, cobrar entradas, filmar los partidos, donar toallas para el banco de jugadores, hacer los flyer para las redes sociales, donar la comida para los viajes, etc. Muchas veces los más grandes ponemos dinero de nuestro bolsillo y hacemos lo posible golpeando puertas para conseguir auspiciantes que nos den una mano, todo es a puro pulmón”.