El bahiense quedó inmortalizado y entró en el olimpo de las estrellas del básquet mundial con un discurso cargado de emoción y recuerdos.
El básquet argentino vivió una página más en su historia dorada escrita por Manu Ginóbili con su inducción al Hall of Fame. Y el discurso del bahiense, como se esperaba, estuvo cargado de emoción y agradecimientos.
Arrancó Manu siempre expresando que es una representación de un colectivo: “Estoy acá por haber sido parte de un equipo, uno de los más importantes de los 2000, no por los logros individuales, ni por haber ganado el oro con Argentina y la Euroliga”.
Y esta vez aprovechó para hablar de los equipos donde no ganó, pero le dieron su oportunidad y le permitieron crecer. “Fueron pasos para llegar hasta aquí. Todo comenzó a los seis, siete años, en Bahía Blanca, a una cuadra de casa”.
Ya como profesional, habló de sus primeros clubes: “Jugué en Andino de La Rioja, después en mi ciudad con mi hermano Sepo. Durante mi crecimiento fui parte de los equipos de la Selección y después Italia, con Reggio Calabria, ellos confiaron en mí y tuve grandes líderes. Después el salto a Virtus Bologna, donde Ettore Messina me enseñó muchísimo, muchas gracias. La experiencia italiana fue muy valiosa para mí, me convertí en el jugador en la NBA y también en el hombre que fui”.
Y llegó el turno de los Spurs, a quienes no conocía cuando lo draftearon: “En esos años, todavía en Reggio Calabria, me llamaron para decirme que me había seleccionado San Antonio Spurs. No lo podía creer literalmente, pensé que se habían confundido, no tenía ninguna expectativa, nadie me había dicho nada previamente”.
Los agradecimientos para San Antonio fueron un momento alto de la noche: “Fueron 16 años en San Antonio, jugando para el mismo entrenador, representando a los mismos colores, la misma ciudad. Tantos amigos, tantas experiencias increíbles. Pop, que puedo decir, fuiste tan importante para mí y mi familia, nunca podré agradecerte lo suficiente. Pude jugar con uno de los mejores de la historia, Tim, aprendí de vos cómo ser un ejemplo dentro y fuera de la cancha. Tony (Parker), nunca dejamos que nuestros egos generen peleas, sabíamos cómo repartir nuestro tiempo. Juntos ganamos muchas cosas, pero para ganar un campeonato se necesitan un montón de piezas y las tuvimos”.
Además, Manu agradeció a RC Buford por elegirlo y a la directiva por sostenerlo y a la ciudad por haberlo acogido.
Pero no dejó pasar la chance para agradecer haber jugado en la Selección Argentina: “Al mismo tiempo que estaba con los Spurs tuve una fantástica carrera con mi Selección, igual de divertida, igual de exitosa. Siempre lo hicimos todo como equipo. Aprecio cómo estuvimos tanto tiempo juntos, los campeonatos, las conversaciones, los desayunos, el jetlag. Eso es más que amistad, eso es hermandad. Ojalá tengamos más aventuras fuera de la cancha”.
Por último, llegaron los agradecimientos a la familia y el bahiense se quebró: “Sepo y Lea, gracias por aclarar mi camino, por ser mi inspiración, me empujaron de chiquito a ser como ustedes. Papá, cómo me hubiese gustado que estuvieras acá, mi primer fiel seguidor, te extraño mucho, viejito. Mamá, sé que estas mirando. Me llevó tener tres hijos varones entre los sacrificios, el amor, la libertad de elegir, gracias”.
Y llegó a sus hijos y esposa: “Many, Luca, Dante y Nico, si tuviera que elegir un momento para detener el tiempo, sería ahora mismo, todo el tiempo que viajamos juntos, amo cómo somos, los amo tanto”.
Una noche y un discurso que quedará en la memoria de todos los amantes del básquet y todos los que alguna vez vieron jugar a Manu Ginóbili, el argentino que rompió todos los esquemas y se convirtió en una leyenda.Fuente: Sporting News