En la jornada de apertura de la temporada 2022/23, Golden State tuvo su festejo doble: recibió los anillos y no dejó dudas ante los angelinos. También Boston hizo lo propio ante los Sixers.
Como siempre, la NBA armó una jornada inaugural de temporada NBA con los campeones reinantes (Golden State) y un rival de fuste (Lakers), como para darle al inicio del torneo un buen empujón ideal. Y el festejo de Curry y compañía fue completo: le dieron un lindo baile a unos Lakers que, ya el primer día, dejaron muchas dudas de funcionamiento con el debut de su nuevo entrenador, Darvin Ham.
Los Warriors tuvieron una noche casi perfecta, porque además del triunfo y de recibir el anillo, mostraron un buen nivel de conjunto en un arranque de temporada especial para ellos por varios factores, pero principalmente por el escándalo que involucró a Draymond Green, luego de que este le diera una tremenda trompada a Jordan Poole en una práctica.
Sin embargo, Green, que no tuvo un inicio anotador, pudo anotar sus primeros puntos a partir de una enorme asistencia de Poole, lo que de alguna manera fue una forma de liberar energías para ambos y para Steve Kerr, que se encontró inesperadamente en una situación complicada para manejar con su jugador símbolo y más vocal del plantel.
Golden manejó el trámite sin problemas ante unos Lakers muy poco prolijos, otra vez dependientes de LeBron (31+14+8 asistencias a sus 37 años, increíble) y de Anthony Davis (27), nuevamente confusos cuando Westbrook manejaba la base y con pocos otros actores de rendimiento irregular. Además de todo lo bueno que ya dijimos, otro dato fue muy confortante para Kerr: el retorno del chico James Wiseman, lesionado durante toda la campaña pasada, que sumó 8 puntos y 7 rebotes en 16m31s.
La noche terminó con un cómodo 123-109 para los Warriors, que tuvieron a su máxima estrella, Steph Curry, en nivel MVP desde el día 1: 33 puntos, con 4/13 triples. Thompson sumó 18 en 20 minutos, mientras que Wiggins aportó 20 y Poole, 12.