Argentina jugó uno de sus peores partidos en los últimos tiempos y Eslovenia se lo hizo pagar: lo vapuleó por 118 a 100, en el inicio de los Juegos Olímpicos de Tokio. El jugador de Dallas la rompió con 48 puntos. Pobre la imagen que dejó el elenco de Hernández y preocupa la diferencia de puntos en busca de la clasificación. Ahora se viene España.
Después de 5 años desde Río 2016 y 2 desde el subcampeonato mundial en China, Argentina arrancó su sueño olímpico con una pesadilla llamada Luka Doncic y cayó ampliamente 118-100, tras una primera mitad determinante, controlada abrumadoramente por el joven de los Mavs, autor de 31 puntos en los primeros 20. Terminó con 48 puntos, 11 rebotes y 5 asistencias y fue la figura excluyente del encuentro.
Difícil saber cuál era la idea táctica para defender a Eslovenia y a Doncic, pero si Luka mete 31 puntos en la primera parte y sus compañeros otros 31, para sacar 20 de ventaja (62-42), está claro que no funcionó ninguna de las alternativas que estaban pensadas.
Durante un tiempo, parecía que podía funcionar la historia de Doncic anotando y el resto no, aunque Eslovenia sacó una ventaja rápida de 9 puntos tras el único momento de paridad del juego, y eso empezó a mostrar a una Argentina muy desordenada, intentanto anotar rápido con tiros malos, sin puntería, y sin poder frenar el tsunami que generaba Doncic. Pocas veces mejor dicho que Luka hizo lo que quiso, porque además de anotar esos 31 puntos, manejó el ritmo que Eslovenia quería, tuvo espacios, ninguno de los 4 defensores que le colocaron pudo amedrentarlo y hasta pudo descansar.
A diferencia de lo ocurrido en China, Argentina rápidamente se fue de foco. Aunque no le entró la pelota de tres puntos, insistió desde lejos, pero no con buenos tiros, sino con tiros rápidos, que solo generaban fallos y transiciones rápidas de su rival. Con Scola tenía más chances en ataques, pero menos en defensa, donde Eslovenia buscaba emparejarse contra él.
Tras los 20 de desventaja de la primera mitad, parecía que no podía haber algo peor, pero lo hubo. Porque Argentina siguió obnubilada, insistiendo con los tiros a distancia que no entraban, desbalanceado atrás y, sobre todo, muy nervioso, dejando una muy pobre imagen desde lo colectivo y desde lo que siempre fue su marca: una línea de juego. Ante Eslovenia, Argentina no la tuvo nunca, llegó a perder por 30 (52-82), perdió feo los rebotes (32-59) y se rindió a los pies de la megaestrella de la NBA, Luka Doncic, que en su primer partido olímpico terminó con 48 puntos, 11 rebotes y 5 asistencias. Scola fue el goleador argentino con 23, pero sin ningún peso en el partido. El jueves, a las 9AM, será el segundo choque, ahora ante España, que pasó a tomar categoría de decisivo.
Fuente: Basquet Plus