La llegada del Rey a California ilusionó a los fanáticos de la franquicia oro y púrpura, pero con el correr de la temporada el sueño se convirtió en pesadilla.
La llegada de LeBron James a Los Angeles Lakers auguraba una gran temporada para el equipo 16 veces campeón de la NBA, que quería regresar a los playoffs después de 5 años sin acceder, pero la postemporada deberá esperar otro año más y la gerencia de la franquicia decidir qué rumbo quiere tomar.
Los jóvenes con potencial como Kyle Kuzma, Brandon Ingram y Lonzo Ball recibieron a LeBron James para iniciar la temporada. El Rey venía de perder las finales ante Golden State y estaba listo para comenzar una dinastía en Los Angeles. Pero el caminó se llenó de piedras que no pudo sortear el equipo. Cuando James debió ausentarse varios partidos por una lesión en la ingle que sufrió en Navidad, el plantel no respondió como se esperaba y las chances de lograr algo grande se acotaron.
La situación empeoró cuando, antes del deadline, la gerencia ofreció todo lo que tenía a su alcance para conseguir una estrella que se una a LeBron. New Orleans no aceptó el traspaso y se filtraron los involucrados, lo que resquebrajó la relación del equipo de cara a la parte decisiva de la temporada donde debían enderezar el curso.
Para colmo, fue D’Angelo Rusell quien sentenció el destino de los Lakers este año. El número 2 del Draft de 2015 le quitó las chances matemáticas de ingresar a la postemporada a su ex equipo. Los de oro y púrpura verán los juegos más importantes de la temporada una vez más por televisión y ya acumulan 6 intentos fallidos de jugar más de 82 partidos. Mientras que lo más llamativo, es que LeBron James no jugará los playoffs, algo que no ocurría desde la 2004-05.
Quedan 10 partidos por delante pero los ojos están posados en el inicio de la 2019-20, donde hay más dudas que certezas. ¿Continuará Luke Walton en el banquillo? ¿En la agencia libre llegará una estrellada consagrada? ¿Dónde jugarán Kuzma, Ball e Ingram?
Fuente: BASQUET PLUS