El ex jugador y padre de Alejo falleció tras batallar con una enfermedad terminal. Recordado por su efectividad lanzando desde la línea de tres, marcó su huella en el básquet del Nordeste Argentino. El formoseño de nacimiento y misionero por adopción tenía 62 años. El básquet de la tierra colorada lamenta la partida de uno de los grandes hombres de su historia.
Nació en Pirané (For) y comenzó a dar sus primeros pasos en este deporte con la camiseta de Sportivo Patria desde que era un niño. En su adolescencia debió decidirse entre el básquet y el futbol, ya que según dijo en alguna entrevista “era un buen número cinco”.
A los 23 años se sumó a las filas de Vélez Sarsfield para disputar la antigua Liga Metropolitana. En 1985 se puso la camiseta del club Cosecha de Resistencia y tuvo un fugaz paso por Caja Popular de Tucumán.
En 1990 viajó a España para vestir los colores del Gran Canaria, equipo que hoy milita en la Liga ACB. Dos años más tarde decidió volver al país ya que su esposa Mónica estaba embarazada de su hijo Alejo. Misiones fue su destino y Tokio lo albergó.
En el club nipón jugó hasta los 46 años, momento en el que decidió su retiro como jugador. En los 15 años que vistió la casaca roja dejó una huella imborrable. Continuó ligado al básquet en distintas funciones donde se ganó el apodo de “El Profe”.
Gracias por amar tanto al básquet y por transmitir esa pasión. QEPD.