Facundo sufrió en los primeros partidos ante guardias estelares rivales. Sobrevivió, se adaptó y evolucionó en el proceso. Hoy es otro en esa faceta.
6 puntos (2/3 en tiros de campo) en 0:44 segundos.
4 puntos y una falta de tiro en 1:39 minutos.
2 puntos y 2 asistencias en 1:34 minutos.
Esos fueron los números de los guardias a los que se tuvo que enfrentar Facundo Campazzo en su bienvenida a la NBA y a los Nuggets. Esos los guarismos que mantuvo hasta el 20 de enero del 2021. Esos los contratiempos que debió derribar poco a poco, esperando crecer y aprovechando su momento cuando pudo.
En sus primeros encuentros en la NBA la defensa ante los jugadores exteriores más importantes de los otros equipos era un tema. Los guardias, como es habitual con los novatos, lo probaban (y lo siguen haciendo) constantemente y en varias acciones sufría la velocidad y fortaleza de sus rivales.
En una liga como la NBA en la que todo se estudia, se trata de entender y mejorar, el base trabajó en sus falencias y, fiel a su resiliencia, encontró la forma de disiparlas, tal y como lo venía haciendo en otros aspectos.
El robo a Zach LaVine anoche ante los Bulls es solo la última muestra de un escenario mucho mayor, como la cola de un lagarto inmenso que esconde el resto de su cuerpo detrás de una piedra.
En los últimos cinco partidos tras su vuelta, el base promedia 25,3 minutos, 1,4 minutos y 0,2 tapas que a priori no sorprenden y hace falta adentrarse en la cuestión para notar su impacto preponderante.
Memphis, Dallas, Indiana, Charlotte y Chicago fueron los rivales más recientes y solo ante los Grizzlies el exbase del Madrid promedió menos de 20 minutos en cancha (19:32). En esos encuentros, según los datos de la página oficial de la NBA, Facundo defendió a los siguientes guardias importantes contrarios: Zach LaVine, T.J. McConnell, Caris LeVert, Malik Monk, Devonte’ Graham, Jalen Brunson, Tyus Jones y LaMelo Ball.
De todos ellos, ninguno le pudo anotar al menos seis puntos y solo LaMelo Ball le anotó cinco. Velocidad de pies, anticipación, mayor respeto de los árbitros, actividad de manos, disciplina y agresividad que en la temporada regular solo se ve por momentos con el resto de los jugadores le permitieron adaptarse, sobrevivir y sobresalir eventualmente.
Otro buen ejemplo es Jalen Brunson, quien se destaca por su verticalidad ofensiva y por su caudal anotador constante. En 5:55 minutos el base de Dallas apenas le pudo convertir cuatro puntos, fallando dos de sus cuatros intentos de campo (50%). Lo mismo con LaVine, que solo logró dos tantos en el 1:01 minuto que lo detuvo el cordobés, con una pérdida en ese pasaje.
Además, todos los guardias enumerados al principio sufrieron una pérdida contra Facundo, una muestra que refleja claramente el impacto del argentino atrás, encontrándole el punto justo como si fuera una pasta recién hecha. Y lo más importante es que Denver gana en el intento, llevándose la victoria en cuatro de sus últimos cinco encuentros.
Emoción, devoción, compromiso y destrucción.
Lo mejor que Argentina puede ofrecer, en un despampanante renacer.
Fuente: Basquet Plus