El equipo dirigido por Sergio Hernández fue muy superior al conjunto vinotinto y se metió entre los ocho mejores del mundo, a falta de un partido de la segunda ronda. El domingo a las 9 define el primer lugar del grupo ante Polonia.
Argentina tenía por delante un partido trascendental en el inicio de la segunda fase, y justamente ante Venezuela, un viejo conocido que con el paso del tiempo le agregó a su espíritu combativo un básquet más defensivo. ¿La premisa? contener a Guillent y tratar de disimular las falencias en la lucha por los rebotes.
Como era de esperar, Venezuela arrancó dominando la pintura y presionando mucho el traslado de una Argentina bien parada atrás pero con muchas falencias en ataque, más allá de la apuesta de Hernández de iniciar con Campazzo y Vildoza. Sin embargo, se podría decir que en el contexto salió favorecido, porque Venezuela nunca pudo correr, y el plan defensivo fue el punto de apoyo para encontrar un ataque más fluido, siempre con Scola (7) como primera opción. La salida de Campazzo y el ingreso de Laprovittola coincidió con el mejor momento de Argentina en el cuarto. Facu salió porque se resintió el del esguince que sufrió en la previa del Mundial. Creció el trabajo de Delía en ambos costados y finalmente se puedo explotar el juego en transición. Restando 37 segundos volvió el base a la cancha, Lapro armó la ofensiva para dejarlo solo sobre la esquina, y el cordobes aprovechó para clavarla de tres en el instante que sonaba la chicharra: 17-12.
La defensa de Venezuela se hizo asfixiante, algo que Argentina logró contrarrestar con mucha circulación de balón. El ingreso de Deck (10) aportó intensidad y otra opción en ataque, además de equilibrar la lucha aérea. ¿El resultado? se dejó a la vinotinto con apenas 2 puntos convertidos en 4 minutos (27-14). Todo fluía, pero tres ataques mal resueltos -que coincidieron con puntos de Venezuela logrados en segunda instancia- metieron a los de Duró nuevamente en partido (32-25). Deck resultó clave en el último tramo debido a la pobre efectividad perimetral del equipo (2/12 triples). El santiagueño fue una pesadilla para Venezuela, cortando y dañando cerca del aro. Con el regreso de Delía para blindar el tablero propio, Argentina se bancó el momento y cerró la primera mitad con una ventaja apreciable: 38-25. La defensa volvió a ser clave en todo el primer tiempo forzando 9 pérdidas a los venezolanos.
En los primeros siete minutos del tercer cuarto se pudo ver un auténtico recital de Campazzo. El base manejó los ritmos del partido, involucró a todo el equipo y Argentina ganó en confianza. Garino (10) se mostró como una importante vía de gol y se estiró la diferencia a partir del gran trabajo atrás. Pero Venezuela reaccionó, Carrera, de poco protagonismo hasta ese momento comenzó a lastimar bastante seguido en el poste o generando segundas opciones. El pivote venezolano se despachó con 13 puntos en el cuarto para mantener con vida a su equipo: 63-47. Con Deck en un nivel altísimo, el equipo mantuvo la intensidad en ambos costados.
La transición defensiva impidió correr a Venezuela y ante la diferencia lograda le permitió a Argentina llegar al final sin mayores exigencias, y sobre todo cuidando soldados para el próximo compromiso.
Partidazo de Gabriel Deck, 25 puntos con una altísima efectividad de cancha (7/8 dobles y 2/4 triples), 4 rebotes, 2 asistencias y 1 recupero en los 30 minutos que jugó. Campazzo terminó con 12 puntos y 9 asistencias. Cuarta victoria consecutiva para Argentina en el Mundial, esta vez por 87-67, y clasificación asegurada a cuartos. Podría decirse que se cumplió el primer objetivo, ahora restaría lograr el número 1 para tener un cruce más accesible, y eso se buscará en un mano a mano contra Polonia el próximo domingo.
Fuente: Basquet Plus