El héroe de la noche más gloriosa del basquetbol misionero, Fernando “Nano” Posetto, charló con Misiones Básket y recordó aquella final ante Mendoza de Regatas con su cachetazo lapidario que le dio el ascenso a Luz y Fuerza a la máxima divisional. “Esa jugada sentenció un partido, un ascenso y ahora a 25 años definió un momento que quedó en la historia”, resaltó el cordobés.
Tras dos temporadas en el moderno TNA (hoy Liga Argentina), en las cuales terminó décimo en la tabla de posiciones en la 1992-93 y sexto en la 1993-94, la dirigencia de Luz y Fuerza decidió la contratación del entrenador multicampeón con Atenas, Rubén Magnano, y apostar a un plantel con jugadores de peso en la divisional para ir en búsqueda del ansiado ascenso. Entre ellos se encontraba el base, Fernando Posetto, uno de los mejores en el mercado. “Al club llego tras mi paso por Gimnasia de Comodoro Rivadavia. Mi representante me había dicho que se estaba armando una banda linda con Magnano a la cabeza. Me dijo que querían ascender”, contó el “Nano”, quien habló con Misiones Básket al cumplirse 25 años del ascenso del conjunto “eléctrico” a la Liga Nacional.
“Tengo un recuerdo espectacular. Fue un temporada dura. Nosotros sabíamos que llegamos a Luz y Fuerza con el objetivo de ascender. El club estaba motivado para esa meta. Fue increíble. Si bien la temporada fue desgastante por la distancia de los viajes, el resultado final tapó todo eso”, agregó Posetto, quien a sus 53 años reside en la localidad de Rafaela en Santa Fé.
En la actualidad el ex armador trabaja como operador logístico de una empresa de camiones, aunque sigue ligado al básquet como entrenador y coordinador del club Independiente, donde asegura que siempre lleva a sus mellizos Emanuel y Lorenzo de 8 años (también tiene una hija María Eugenia viviendo en Corrientes).
En plena pandemia por el Covid-19, el ex jugador de Luz y Fuerza recordó aquel hito alcanzado por el equipo. “Fue un equipo corajudo y tuvo tesón. Si bien los play off no lo jugamos muy bien de manera colectiva, llegamos a la definición más que nada por el talento y por la categoría que tenía el plantel. Fue un elenco inteligente”.
En relación al quinto juego final ante Regatas en Posadas que le dio el título del Torneo Nacional de Ascenso y el pasaporte a la elite del básquet argentino dijo que “el Tokio esa noche estaba espectacular. Una cancha chiquita que era un hervidero. Esa semana ya sabíamos que los basquetboleros de la provincia tenían mucha expectativa. Luego recuerdo hicimos una gira por las principales ciudades y había mucha alegría y agradecimiento. Creo que quedó chica la cancha. Ese equipo ya era una expresión de deseo de una provincia que buscaba una representación nacional”.
El cierre de aquel partido fue de película y el principal protagonista fue él con aquel manotazo salvador en pleno rebote que desató el grito y la locura de todo el público a falta de cuatro segundos (83-81). “El cachetazo del final es la jugada menos entrenada en la historia. Nunca vi una jugada preparada para algo así. Fue una jugada fortuita. Yo no sé si tuve intenciones que vaya al aro o que se siga jugando pero tuvimos la suerte que entró y definió todo. Definió un partido, un ascenso y ahora a 25 años definió un momento que quedó en la historia. El que lo vivió no lo pudo volver a repetir, ni siquiera tuvo la oportunidad de estar cerca de un suceso similar”, subrayó emocionado.
“El paso del tiempo te demuestra que vos conseguiste algo importante para una provincia. En ese momento uno piensa en disfrutarlo como persona, como núcleo familiar, como parte del plantel y simpatizantes, y no se da cuenta de la trascendencia. Fue importante lo que se hizo. Hasta hoy me siguen llamando de Misiones diciéndome que fui parte de ese logro”, destacó.
Cabe señalar que Posetto ha logrado en su carrera cuatro ascensos a la Liga Nacional. Con Banco de Córdoba en la 1992-93, Luz y Fuerza, Ben Hur de Rafaela 2001-02 y La Unión de Formosa 2004-05. Con ese récord es el segundo con más ascensos en la divisional por detrás de Mario Sepúlveda (5).
En otro punto, el “cerebro” dentro del rectángulo hizo un paréntesis para halagar el trabajo del entrenador del equipo posadeño, Rubén Magnano, quien años después sería campeón olímpico. “Rubén ya está demostrado que es un genio. Él estuvo siempre a un paso más arriba que el grupo. Influyó como todo gran entrenador. Su dedicación y esfuerzo hizo que logremos el objetivo. Su capacidad de manejo quedó demostrada después con el tiempo y quedó grabada en nosotros como una parte muy importante. Un compañero una vez me dijo que nosotros en ese momento no lo entendimos muy bien a Rubén (risas)”, señaló el sanfracisqueño, quien tiene más de 400 partidos jugados de manera profesional y más de 4000 puntos convertidos en diez clubes.
Por otro lado, Posetto también rememoró el paso del conjunto misionero por la primera división: “Cuando jugamos la A el clima de básquet fue impresionante. El día previo a cada partido se veía a la gente haciendo fila para sacar las entradas. Salimos en el Gráfico, estábamos en todos los medios. Éramos la aparición de la Liga Nacional porque nos acomodamos en el campeonato. Aunque desde enero ya no encontramos regularidad y la falta de apoyo económico hizo que empecemos a caernos. Todo terminó con la perdida de la plaza. Es difícil mantenerse. Siempre es importante tener una renovación de dirigentes. Me entristeció”.
Para finalizar, la figura de aquella noche gloriosa envió sus saludos a todos los simpatizantes que apoyaron al club en aquel momento, destacando que es un recuerdo imborrable para él. “Los misioneros saben bien que es una provincia espectacular. La gente y el periodismo nos trataron de maravilla. Los problemas que hubo fue por no tener apoyo y todo era muy profesional. No puedo dejar de estar muy contento de haber caminado las calles de Posadas y haber recorrido la provincia. Siempre va haber una parte importante de grandes recuerdos de mi paso por Misiones”.
Fotos: El territorio y