Jugadora, mamá, esposa, hermana, hija y amiga. Además de ser todo eso, Cynthia Fernández logró superar un cáncer de mama que detectaron a tiempo mediante controles preventivos. Por acompañar a su hijo volvió a pisar una cancha de básquet: “Es como un combustible”, dijo. Conocé su historia.
Con una sonrisa característica en su personalidad, Cynthia accede a hablar con Misiones Basket casi sin dudarlo. Charla amena de por medio para entrar en confianza, nos anima a preguntar sin vergüenza ni tapujos, es algo de lo que hay que hablar. Entonces inicia la entrevista con la obereña que superó un Cáncer de mama y hace un par de años volvió a una de sus pasiones, el básquet.

-¿Cuando inicio lo de la enfermedad? ¿Como te enteraste que tenias Cáncer?
-En 2018 me diagnosticaron el cáncer de mama y ese mismo año tuve mi primera cirugía. Hacía un par de años que ya me realizaba controles anuales de todo tipo, en uno de estos controles mamarios se detectó el crecimiento de un tumor en la mama derecha y fue esto lo que derivó a varios estudios más específicos para hacer una biopsia, hasta llegar al diagnóstico del cáncer de mama.

-¿Como fue ese momento? ¿Como te lo tomaste?
-La noticia para mí fue un golpe muy fuerte, porque al principio no sabía cómo iba a reaccionar mi cuerpo, lo que me iba a costar hacerme las quimios, rayos, si iba a perder el pelo, todos los miedos que se presentan en el momento. Las preguntas en tu cabeza, todo tipo de pensamientos que me atravesaron en ese instante fueron avasallantes para mí, ¡Para mi familia también!
Pero siempre me lo tomé como algo de lo que me tenía que ocupar y que la mejor manera era confiando, informándome, aferrándome a mi familia y a mis amigos que son, y serán, la base de todo para poder sostenerme.

-La recuperación y el tratamiento, ¿Te costo? ¿Lo llevaste bien?
-El tratamiento en si, lo transite con días buenos y malos. Mis fuerzas y mi cuerpo ya no eran los de antes, me tenía que cuidar mucho. Y la verdad que no lo hubiera logrado sin el acompañamiento de mis amigos y amigas, de mi compañero de vida que me cuidaba siempre, mi hijo, mi mamá y mi hermana. Ellos son mis pilares.

-Contame sobre el día que te dan los resultados de la quimio
-No tengo el alta definitiva, sigo con controles semestrales. Pero el día que me dieron los resultados tenía los nervios a flor de piel, una mezcla de ansiedad y angustia. Cuando escuchamos que el resultado era positivo nos miramos con mi esposo y sentí un alivio enorme. Salimos con una sonrisa de oreja a oreja del consultorio. Me costaba creerlo, pero es normal tener miedo y dudas…


-A todo esto, ¿Como vuelve el básquet a tu vida?
-Mi hijo Bautista juega en las formativas de Oberá Tenis Club, y en la gala de fin de año un amiga, con la que jugábamos juntas de chicas, me invito a jugar con un grupo de Mamis Básquet que se estaba armando. Al principio eramos pocas, por eso varias chicas de formativas y primera se sumaban a los entrenamientos para colaborar y sumar. Como nosotras las atendíamos con agua, frutas, estábamos atentas a las cosas de todas, las chicas comenzaron a decirnos tías. Así nace el nombre del equipo: Tías Team.
-¿Qué significó volver a jugar? ¿A competir?
-Fue como un combustible, me ayudo a salir de las preocupaciones y me ayudo a creer más en mi. Con Tías Team jugamos la liga femenina Libre de Oberá, el Torneo de Maxi Basquet de Posadas que jugamos con el nombre Maxi Oberá, salimos a jugar encuentros amistosos en Paraguay y Corrientes, jugamos la Copa Kenia de Eldorado. Los Torneos y encuentros se vuelven en un punto de encuentro, con jugadoras de la misma edad. Tenemos el acompañamiento de la Municipalidad de Oberá, y de nuestro entrenados Maximiliano Stupiski. No pasa solamente por el deporte, sino en compartir.

-Y la familia, ¿Cuánto vale su apoyo para que juegues? Con viajes casi todos los findes…
-La familia siempre esta, nos acompañan y apoyan en todo. Cuando juntamos fondos para los torneos o los días de partido. Cuando jugamos cerca nos van a ver, nos acompañan. Además muchas jugadoras tienen hijas que están jugando en las formativas, y esto también les demuestra a las más jóvenes que hay una salida o un lugar donde seguir compitiendo si es que no llegan a primera. O cuando vuelven de estudiar afuera.




-¿Te imaginaste que volverías a jugar?
-No me imaginaba volver a jugar, porque después de la secundaria había dejado de lado el basquet. Encima después del tratamiento no sabía si iba a poder aguantar el desgaste que te genera este deporte en los partidos, entrenamientos. Pero encontré la manera, había energía guardada que no sabía que tenía y ahora las ganas están siempre. Este deporte me encanta, es una pasión.


-¿Que mensaje te gustaría dar?
-No hay que rendirse, no importa lo que estemos atravesando, hay que creer en nosotros, cuidar nuestro cuerpo y la mente. El deporte es una herramienta muy poderosa para sanar y mantenerse sanos. Los afectos que nos brindan amor y nos respaldan en momentos difíciles. Siempre que me preguntan cómo me di cuenta, recalco la importancia de los controles anuales y preventivos porque realmente estos controles salvan vidas. Hay que tener fé en uno mismo y ser positivos.
Termina la charla, increíblemente ella más agradecida que nosotros por la entrevista. La despedida más amena que el saludo inicial.
Gracias Cynthia por compartir tu historia con nosotros.