En Misiones continúan las prácticas presenciales pero hablar de competencia es casi una utopía, entendiendo que el panorama se rige cautelosamente de acuerdo a la evolución epidemiológica de los casos de coronavirus. En este contexto, la magia de los entrenadores es primordial para acompañar a los jugadores.
“Si piensas que es sufrimiento… Si le das sentido no es sufrimiento. Es motivación. Es placer”, así resumió el entrenador del Baskonia, Dusko Ivanovic, el trabajo que llevó adelante su equipo durante y post cuarentena para luego coronarse -recientemente- en la Liga Endesa.
Su mano, como la de cada uno de los entrenadores, pasa a tomar un rol clave en lo psicológico para acompañar a los jugadores en estos tiempos de pandemia, fundamentalmente porque varios optan por alejarse de la actividad o por el simple hecho de no soportar la falta de competencia.
Centrándonos en la realidad de Misiones, que es una burbuja en medio de una región marcada por casos de COVID-19 con Chaco y Brasil cómo estandartes -lamentablemente-, hace un mes los clubes comenzaron con sus entrenamientos presenciales, siendo la primera provincia en habilitar la práctica con estrictos protocolos de bioseguridad, lo cual es el reflejo de la poca cantidad de infectados qué hay en este territorio -40 contagios en total con 35 recuperados-, debido a las medidas tomadas con anticipación por el gobierno local.
Entrenamientos de una hora por grupos de cuatro a seis jugadores, divididos en distintos sectores del rectángulo de juego con el debido distanciamiento social; controles de temperatura en el ingreso de cada club; uso de alcohol para desinfectar zapatillas y manos, además de la limpieza de la cancha entre práctica y práctica. El panorama es el habitual, el de todos los días, en la mayoría de las instituciones deportivas de la “naranja” en la provincia, donde se ha respetado el protocolo a rajatabla.
Aunque la vuelta fue un mimo al corazón luego de tres meses en los cuales el principal aliado llamado “zoom” sirvió para mantener en contacto a entrenadores y jugadores, la realidad marca que los protagonistas desean competir. Claro, es el motor de cada deportista y más del argentino.
En ese punto es donde los DT asumen un papel fundamental en sus dirigidos para calmar las ansias de volver a los partidos. “El factor clave es controlar la ansiedad y las ganas. Todo lo que nuestra cabeza genera en ese sentido hay que transformarlo en energía para corregir errores, trabajar en fundamentos y prepararse. Poner todo lo que hay que poner en motivación para volver a competir”, reflexionó el entrenador de Tokio, Agustin Ponissi.
El retorno fue un alivio. No hay dudas. Todos los jugadores coinciden en eso, pero también reconocen que la competencia en si es una droga difícil de satisfacer en pleno aislamiento. No es lo mismo.
“Este primer mes de entrenamientos fue un paleativo para los clubes, entrenadores y jugadores de poder retomar los entrenamientos y poder manejar las ansiedades que nos generó el aislamiento como también amortiguar la parte económica”, indicó el coach de Siglo XXI, Marcelino Ruiz.
Y agregó: “Todas las partes deben mantener la calma y paciencia siguiendo en este eje de trabajo protocolar. Todo es muy difícil teniendo en cuenta que los jugadores necesitan competir y medirse. Nosotros, los entrenadores, también necesitamos de esa parte, pero debemos sacar a relucir nuestros recursos didácticos y variantes metodológicas para que los jugadores encuentren desafíos personales diferentes a la competencia formal. De esa manera podemos mantenerlos en la cancha preparándose física y técnicamente para cuando llegue el momento de iniciar la Liga Provincial”.
Aún no hay fecha para la vuelta de los torneos. Y que triste es no saberlo. Es más, muchas provincias todavía no han iniciado sus prácticas presenciales. Lo que si está claro es que en la tierra colorada se continúa avanzando y respetando las medidas dispuestas, sobre todo por parte de los “profes”, quienes tienen la faraónica y difícil tarea de calmar las ansias.