Le ganó a Japón con claridad 97-77 y se metió entre los mejores 8, donde se enfrentará a Australia el martes a las 9.
El penúltimo partido de la jornada de grupos entregaba al último clasificado para los cuartos de final, y los protagonistas eran dos equipos dirigidos por argentinos y amigos: la Argentina de Sergio Hernández y el Japón de Julio Lamas. Ambos sin victorias, pero con aspiraciones distintas. Argentina, participante de los cuartos de final en todos los Juegos desde el 2004 y Japón, lo opuesto. Nunca había estado entre los ocho. Finalmente, Argentina impuso su historia y su experiencia y se quedó con el pasaporte a cuartos, ganando 97-77. Varias figuras tuvo el equipo argentino, aunque Campazzo fue el líder con 17 puntos, 11 asistencias y 7 rebotes. Scola aportó 23 y 10 rebotes y Marcos Delía, de enorme partido, 14 puntos. También explotó Deck, con 16 puntos.
Argentina jugó una gran primera mitad, sobre todo en algunos puntos en los que no venía siendo tan eficaz. Metió la bola de tres puntos de arranque (4 de 5), ante la zona de Japón, se pasó la pelota con mucha más regularidad, hizo una enorme defensa sobre Rui Hachimura y Yuta Watanabe, aislándolos del circuito ofensivo japonés, y diversificó su ofensiva, aprovechando la ventaja que conseguía Marcos Delía en la pintura.
El de Saladillo, que venía bien en defensa pero flojo en ataque, anotó en los primeros 6 minutos más que en los partidos anteriores (10 vs 9), y eso le dio confianza a todo el equipo, más allá de que luego cayó en una laguna en la efectividad de 3 puntos. De todos modos, como siguió defendiendo bien, los erroes (la efectividad, las pérdidas, la segunda falta de Campazzo), quedó disimulada, y manejó en los primeros 20 minutos una diferencia habitual de dos dígitos, con máxima repetida de 14 y un cierre un tanto más flojo, para irse al descanso largo 8 arriba, 46-38.
El inicio del tercer cuarto le metió muchas dudas cuando Japón se puso a 4 tras algunos malos tiros y la posibilidad de correr para el local, pero una racha de Campazzo (triple, asistencia, defensa), le dio paz interior, retomando una diferencia de 13, siempre ayudada en buenos pases y defensa. El único que se les salía un poco del esquema era Baba, el talentoso alero japonés.
El partido transcurrió entonces dentro de un sube y baja, nunca demasiado pronunciado, en el que Japón no consiguió una continuidad en su puntería ofensiva, y Argentina tampoco. Dos triples de Brussino le dieron 14 de luz, pero no quedaba la sensación de partido quebrado. Argentina tuvo un buen desempeño en el rebote defensivo, dando pocas chances, con lo cual el porcentaje de cancha de Japón (abajo siempre del 38%), disimulando esos bajones de los de Hernández en la ofensiva. Lapro estaba muy torcido (0/8 triples hasta ahí), y el los triples ya no entraban con claridad, colocándose en el porcentaje habitual (9/29).
Con 12 de luz (65-53), Argentina entró al último cuarto y entonces Facu Campazzo tomó el control del partido. Repartió juego, la metió cuando hizo falta, le puso dinámica al ataque, presión a la defensa y ahí sí, quebró el juego, jugando su mejor pasaje del partido. El final fue 97-77, con Campazzo de figura (17p+11a+7r), Scola como anotador fiable (23) y Delía con su partido más completo (14 y 7). El martes, tras el sorteo de cuartos posterior al final de Eslovenia-España, será el choque ante Australia (75% de chances) o Francia (25%).
Fuente: Basquet Plus